Somos parte de la Totalidad y la Totalidad no es indiferente a nosotros, no puede serlo.
¿Cómo va a ser una madre indiferente a su hijo? Es imposible.
Cuando el niño crece, la madre también crece con él. Cuando el niño es feliz la madre también es feliz con él. Cuando el niño danza, algo danza también en la madre. Cuando el niño está enfermo, la madre está enferma. Cuando el niño es desdichado, la madre es desdichada. Porque no son dos; son uno. Sus corazones laten a un mismo ritmo.
El silencio es el equilibrio absoluto del cuerpo, del
espíritu y del alma.
El hombre que preserva la unidad de su ser queda para
siempre tranquilo e inquebrantable delante de las tempestades de la existencia,
no una hoja que se mueve sobre el árbol, no una arruga en la superficie
chispeante del lago, he aquí en los ojos del sabio - fue analfabeto - la
actitud ideal y la mejor conducta de vida
Si usted le pide: " ¿ qué el silencio? "
Responderá: " ¡ es el gran misterio! ¡ El silencio sagrado es su voz!
".
Si usted le pide: " ¿ cuáles son las frutas del
silencio? " Dirá: " es el control de sí, el coraje verdadero y la
resistencia, la paciencia, la dignidad y el respeto.
El silencio es la piedra de ángulo del carácter
"Si deseas que tu hija sea sana y feliz, tu trabajo es
ser sana y feliz tú, para que puedas servirle de modelo en esto.
Tu equilibrio y felicidad tienen que ser más importantes para ti que los de tu
hija. Si no, no tienes nada para darle. Una madre que está dispuesta a
renunciar a toda su felicidad por sus hijos se convierte en mártir.
Si tienes una hija difícil, podría ser más fácil tratarla a partir de la
desesperación; tus vibraciones estarían más igualadas a las de ella. Pero eso
os deja a las dos hundidas en la desesperación. Recuerda esta cita: ¨Disminuir
tu luz para que brille más la de otro oscurece más a todo el mundo¨."
Hace tres mil años
había un ser humano, igual que tú y que yo, que vivía cerca de una
ciudad rodeada de montañas. Este ser humano estudiaba para convertirse
en un chamán, para aprender el conocimiento de sus ancestros, pero no
estaba totalmente de acuerdo con todo lo que aprendía. En su corazón
sentía que debía de haber algo más.
Un día, mientras dormía en una cueva, soñó que veía su propio cuerpo
durmiendo. Salió de la cueva a una noche de luna llena. El cielo estaba
despejado y vio una infinidad de estrellas. Entonces, algo sucedió en su
interior que transformó su vida para siempre. Se miró las manos, sintió
su cuerpo y oyó su propia voz que decía: «Estoy hecho de luz; estoy
hecho de estrellas».
Miró al cielo de nuevo y se dio cuenta de
que no son las estrellas las que crean la luz, sino que es la luz la que
crea las estrellas. «Todo está hecho de luz –dijo–, y el espacio de en
medio no está vacío.» Y supo que todo lo que existe es un ser viviente, y
que la luz es la mensajera de la vida, porque está viva y contiene toda
la información.
Entonces se dio cuenta de que, aunque estaba
hecho de estrellas, él no era esas estrellas. «Estoy en medio de las
estrellas», pensó. Así que llamó a las estrellas el tonal y a la luz que
había entre las estrellas el nagual, y supo que lo que creaba la
armonía y el espacio entre ambos es la Vida o Intento. Sin Vida, el
tonal y el nagual no existirían. La Vida es la fuerza de lo absoluto, lo
supremo, la Creadora de todas las cosas.
Esto es lo que
descubrió: todo lo que existe es una manifestación del ser viviente al
que llamamos Dios; todas las cosas son Dios. Y llegó a la conclusión de
que la percepción humana es sólo luz que percibe luz. También se dio
cuenta de que la materia es un espejo –todo es un espejo que refleja luz
y crea imágenes de esa luz–, y el mundo de la ilusión, el Sueño, es tan
sólo como un humo que nos impide ver lo que realmente somos. «Lo que
realmente somos es puro amor, pura luz», dijo.
Este
descubrimiento cambió su vida. Una vez supo lo que en verdad era, miró a
su alrededor y vio a otros seres humanos y al resto de la naturaleza, y
le asombró lo que vio. Se vio a sí mismo en todas las cosas: en cada
ser humano, en cada animal, en cada árbol, en el agua, en la lluvia, en
las nubes, en la Tierra... Y vio que la Vida mezclaba el tonal y el
nagual de distintas maneras para crear millones de manifestaciones de
Vida.
En esos instantes lo comprendió todo. Se sentía
entusiasmado y su corazón rebosaba paz. Estaba impaciente por revelar a
su gente lo que había descubierto. Pero no había palabras para
explicarlo. Intentó describirlo a los demás, pero no lo entendían.
Vieron que había cambiado, que algo muy bello irradiaba de sus ojos y de
su voz. Comprobaron que ya no emitía juicios sobre nada ni nadie. Ya no
se parecía a nadie.
El los comprendía muy bien a todos, pero a
él nadie lo comprendía. Creyeron que era una encarnación de Dios; al
oírlo, él sonrió y dijo: «Es cierto. Soy Dios. Pero vosotros también lo
sois. Todos somos iguales. Somos imágenes de luz. Somos Dios». Pero la
gente seguía sin entenderlo.
Había descubierto que era un espejo
para los demás, un espejo en el que podía verse a sí mismo. «Cada uno es
un espejo», dijo. Se veía en todos, pero nadie se veía a sí mismo en
él. Y comprendió que todos soñaban pero sin tener consciencia de ello,
sin saber lo que realmente eran. No podían verse a ellos mismos en él
porque había un muro de niebla o humo entre los espejos. Y ese muro de
niebla estaba construido por la interpretación de las imágenes de luz:
el Sueño de los seres humanos.
Entonces supo que pronto olvidaría
todo lo que había aprendido. Quería acordarse de todas las visiones que
había tenido, así que decidió llamarse a sí mismo «Espejo Humeante»
para recordar siempre que la materia es un espejo y que el humo que hay
en medio es lo que nos impide saber qué somos. Y dijo: «Soy Espejo
Humeante porque me veo en todos vosotros, pero no nos reconocemos
mutuamente por el humo que hay entre nosotros. Ese humo es el Sueño, y
el espejo eres tú, el soñador».
En
la hora más silente de la noche, mientras estaba yo acostado y en
duermevela, mis siete egos se sentáron en círculo a conversar en
susurros, en esta manera:
Primer Ego: -Aquí en este delirante, he vivido todos estos años, y no he
hecho otra cosa que renovar sus penas de día y reavivar su tristeza de
noche. No puedo soportar más mi destino, y me rebelo.
Segundo Ego: -Hermano, es mejor tu destino que el mío, pues me ha tocado
ser el ego alegre de este loco. Río cuando está alegre y canto sus
horas de dicha, y con pies alados mimo sus más alegres pensamientos. Soy
yo quien se debela contra tan cansadora existencia.
Tercer Ego: - ¿Y de mi qué decís, el ego aguijoneado por el amor, la
lama de salvaje pasión y fantásticos deseos? Es el ego enfermo de amor
el que debe rebelarse contra este loco.
Cuarto Ego: -Yo soy el más miserable de todos, pues sólo me tocó en
suerte el odio y las ansias destructivas. Yo, el ego torturado, el que
nació en las negras cuevas del infierno, soy el que tiene más derecho a
protestar por servir a este loco.
Quinto Ego: -No; yo soy, el ego pensante, el ego de la imaginación, el
que sufre hambre y sed, el condenado a vagar sin descanso en busca de lo
desconocido y de lo increado... soy yo, y no vosotros, quien tiene más
derecho a rebelarse.
Sexto Ego: -Y yo, el ego que trabaja, el agobiado trabajador que con
pacientes manos y mirada ansiosa va modelando los días en imágenes y va
dando a los elementos sin forma contornos nuevos y eternos... Soy yo, el
solitario, el que más razones tiene para rebelarse contra este inquieto
loco.
Séptimo Ego: -¡Qué extraño que todos os rebeléis contra este hombre por
tener a cada uno de vosotros una misión prescrita de antemano! ¡Ah!
¡Cómo quisiera ser uno de vosotros, un ego con un propósito y un destino
marcado! Pero no; no tengo un propósito fijo: soy el ego que no hace
nada; el que se sienta en el mudo y vacío espacio que no es espacio y en
el tiempo que no es tiempo, mientras vosotros os afanáis recreándoos en
la vida. Decidme, vecinos, ¿quién debe rebelarse: vosotros o yo?
Al terminar de hablar el Séptimo Ego, los otros seis lo miraron con
lástima, pero no dijeron nada más; y al hacerse la noche más profunda,
uno tras otro se fueron a dormir, llenos de una nueva y feliz
resignación.
Sólo el Séptimo Ego permaneció despierto, mirando y atisbando a la Nada, que está detrás de todas las cosas.
En una ocasión asistí a una conferencia
sobre la experiencia espiritual que vivió un hombre en India durante la
década de los sesenta. Nos contó que estaba absolutamente dispuesto a
librarse de sus emociones negativas: luchaba contra la ira y la lujuria,
luchaba contra la pereza y el orgullo, pero sobre todo quería liberarse
del miedo. Su profesor de meditación le decía una y otra vez que dejase
de luchar, pero él consideraba que aquello no era más que otra manera de explicarle cómo superar los obstáculos.
Finalmente, el profesor lo envió a meditar en una pequeña cabaña al pie
de las montañas. El cerró la puerta y se dispuso a comenzar con la
práctica. Al llegar la noche, encendió tres pequeñas velas. Hacia
medianoche oyó un ruido en una esquina de la habitación y en la
oscuridad pudo distinguir una gran serpiente. Estaba justo delante de
él, balanceándose, y le miraba como una cobra real. Estuvo toda la noche
totalmente alerta, manteniendo los ojos en la serpiente: tenía tanto
miedo que no podía ni moverse. Sólo estaban él, la serpiente y su miedo.
Justo antes del amanecer se apagó la última vela y él empezó a llorar,
pero no lloraba de desesperación sino de ternura. Sintió el anhelo de
todas las personas y animales del mundo; conoció su lucha y su
alienación. Todas sus meditaciones no habían sido más que lucha y
separación. Entonces aceptó —verdaderamente aceptó de todo corazón— que
era iracundo y celoso, que se resistía y luchaba, y que tenía miedo.
También aceptó que era un ser precioso más allá de toda medida: sabio y
estúpido, rico y pobre, y totalmente insondable. Se sentía tan
agradecido que se levantó en medio de la oscuridad total, caminó hacia
la serpiente y le hizo una reverencia.
A continuación se tumbó en
el suelo y se quedó profundamente dormido. Cuando despertó, la
serpiente había desaparecido. Nunca supo si se lo había imaginado o si
realmente había sucedido, pero no parecía importarle mucho. Como dijo al
final de la conferencia, el contacto íntimo con el miedo hizo que sus
dramas personales se colapsaran, y finalmente el mundo que le rodeaba
pudo llegar hasta él.
“¿Cuál es su finalidad en la vida?” pregunto el anciano a Jodorowsky
A lo que este respondió: “No vengo a tener una conversación filosófica. Vengo a que usted me cure de esta incesante transpiración” El anciano insistió: “Si usted no tiene una finalidad en la vida, no lo puedo curar”…
1- Es la clave de todo, la trampa sagrada que se esconde en nuestra
vida, responderla es como encender una luz que permite ver lo que nos
faltó en la misma raíz de nuestro árbol genealógico. Ahí están nuestras
limitaciones, lo que nos da miedo, lo que se nos prohíbe. Si queremos ser felices, nuestro árbol quiere que suframos. Si queremos ser artistas, nuestro árbol nos está prohibiendo la creatividad Si queremos amar, nuestro árbol nos limita las emociones. Si queremos ser libres, nuestro árbol nos quiere esclavos. Así hasta el infinito…
La forma en que lo hace, y la manera de lograr sanarnos y sanar el
árbol para que esa finalidad no tenga impedimentos para ser alcanzada,
las descubriremos utilizando las herramientas de la psicogenealogía.
2.-Verbalizar una finalidad es comenzar a caminar hacia ella. Nos
parece que es como hacerle un pedido al Universo, es lanzar un mensaje,
una oración… Ahí uno empieza a llamar al cambio, cuando declara su
intención. 3.-Mostrar nuestra finalidad nos sitúa en lo que somos.
El árbol nos da una misión loca, una identidad falsa, un no ser lo que
somos en realidad. Cuando nos atrevemos a sacar al exterior lo que
deseamos alcanzar, empezamos a ser felices, a estar más sanos, o lo que
es lo mismo, empezamos a SER. Es importante apuntar que la finalidad
debe ser formulada de la forma más concreta posible, no abstracta. Como
diría Marianne Costa, “si pides al hada una finalidad borrosa, te va a
dar una finalidad borrosa”. Alejandro Jodorowsky METAGENEALOGIA Imagen Maryna Khomenko
Asimbonanga significa “nosotros no lo hemos visto“, y es la canción que el cantante sudafricano Johnny Clegg, conocido como “el zulú blanco”, escribió en 1987 exigiendo la liberación de Nelson Mandela.
En un artículo publicado en El País, el 18 de junio de 2014, Fernando Navarro habla de los mejores recuerdos de Johnny Clegg:
“…de cuando Mandela le dio una sorpresa
en 1999 y, ante decenas de miles de personas congregadas en el estadio
alemán de Fráncfort, saltó al escenario para bailar y cantar
Asimbonanga. ‘Fue mi cénit’, reconoce. ‘También fue cuando Mandela, que
acababa de ser operado de la vista y llevaba unas gafas de sol que me
recordaban a Ray Charles, me dijo mi frase preferida: ‘La música y el baile me dan paz, pero también se la dan al mundo‘.”
En 2014, un año después de la muerte de Mandela, aún Johnny Clegg le rendía homenaje con su canción…
Letra Asimbonanga de Johnny Clegg original
Asimbonanga (We have not seen him)
Asimbonang' uMandela thina (We have not seen Mandela)
Laph'ekhona (In the place where he is)
Laph'ehleli khona (In the place where he is kept)
Oh the sea is cold and the sky is grey
Look across the Island into the Bay
We are all islands till comes the day
We cross the burning water
Chorus....
A seagull wings across the sea
Broken silence is what I dream
Who has the words to close the distance
Between you and me
Chorus....
Steve Biko, Victoria Mxenge
Neil Aggett
Asimbonanga
Asimbonang 'umfowethu thina (we have not seen our brother)
Laph'ekhona (In the place where he is)
Laph'wafela khona (In the place where he died)
Hey wena (Hey you!)
Hey wena nawe (Hey you and you as well)
Siyofika nini la' siyakhona (When will we arrive at our destination)
Asimbonanga (No lo he visto)
Asimbonang 'uMandela thina (No hemos visto a Mandela)
Laph'ekhona (En el lugar donde se encuentra)
Laph'ehleli Khona (En el lugar en que se encuentra)
¡Oh el mar es frío y el cielo está gris
Mire al otro lado de la isla en la Bahía
Estamos todas las islas hasta que llega el día
Cruzamos el agua ardiente
Coro ....
A las alas de gaviota en el mar
Silencio roto es lo que sueño
¿Quién tiene las palabras para cerrar la distancia
Entre tú y yo
Coro ....
Steve Biko, Victoria Mxenge
Neil Aggett
Asimbonanga
Asimbonang 'umfowethu thina (que no hemos visto a nuestro hermano)
Laph'ekhona (En el lugar donde se encuentra)
Laph'wafela Khona (En el lugar donde murió)
Hey wena (Eh, tú!)
Hey wena nawe (Hey usted y usted también)
SiyofikA la nini 'siyakhona (¿Cuándo vamos a llegar a nuestro destino)
El poder de dar las gracias es una práctica, respaldada científicamente, que beneficia nuestra vida y que desde el pasado utilizan los antiguos pueblos indígenas.
No solo es un reconocimiento que nos pone en sintonía con el momento presente sino que también puede influir en nuestros acontecimientos futuros. Es una actitud que puede cambiar nuestra vida.
Música intro: Akashic_Records_-_Epic_Action_Hero__30_s
«Siempre que afloran los prejuicios étnicos o nacionales, en tiempos de
escasez, cuando se desafía el autoestima o vigor nacional, cuando
sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico o cuando
hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento
familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela
parpadea. Tiembla su pequeña fuente de luz. Aumenta la oscuridad. Los
demonios empiezan a agitarse».
Las personas van a ver al doctor o al curandero y nunca piensan mucho en ese
doctor o curandero. Simplemente toman la medicina y no piensan mucho en la
medicina o en su cuerpo. Cuando alguien toma una medicina,
medicina Blanca, hierbas, medicina India, o lo que sea, necesita entender que
Las medicinas son gente. Son personas. Necesitas tratarlas como personas a
quienes invitas a entrar en TU cuerpo. Necesitas darles la bienvenida dentro de
TU cuerpo hablando con ellas, diciéndoles que estás contento de que ellas hayan
venido a ayudarte. También necesitas hablar con TU cuerpo. Nosotros estamos
hechos tanto de cuerpo como de espíritu y de nuestro destino, pero nuestro
cuerpo es inteligente y tiene un espíritu que entiende. Debemos hablar con
nuestro cuerpo y pedirle que dé la bienvenida a la medicina. Necesitamos explicarle (a nuestro cuerpo) que la
medicina está ahí para ayudar con el dolor o la enfermedad. Debemos decirle,
“Yo sé que realmente te cansas. Sé que no te he tratado muy bien y te pido que
me perdones por ello, pero tenemos un amigo que viene a ayudarnos. Aquí hay una
medicina que yo voy a tomar, así que te pido que Le eches una mano, ayúdala, y
te sentirás mejor.” A veces tratamos de quedarnos con nuestro dolor. A veces el
dolor no quiere dejarnos, pero esta medicina es nuestra amiga y puede
ayudarnos, así que ayuda a la medicina. Luego dile a la medicina que has
hablado con su cuerpo y Le has pedido que ayude con su trabajo.
Dile que seguirás Las órdenes del médico para que
el cuerpo y la medicina puedan llegar a conocerse y trabajar juntos para sanar.
Tenemos que hacer esto porque no nos conocen muy bien y tampoco se conocen
ellos muy bien. Is no son bienvenidas en nuestros cuerpos, entonces no tendrán la
libertad para hacer su trabajo. Pídeles que platiquen. Así que lo más
importante para que la medicina funcione es construir esa relación, para que la
medicina pueda hablar con el cuerpo y el cuerpo pueda hablar con la medicina.
Necesitan volverse amigos. Quizás más aún, necesitan saber que ellos son
parientes. Tú necesitas ayudar con esto is Tomas la medicina. Algunas de Las
plantas y comidas que son medicinas son Las que son parientes de otras plantas
y comidas, así que is Las comes juntas entonces ellas se conocen y pueden darle
fuerza a TU cuerpo. No es bueno tener una lucha dentro de it por comer cosas o
tomar medicina donde no hay relación posible.
Pues la medicina y Los doctores son de la misma
manera. Las personas hoy en día no ponen nada en su relación con el doctor.
Los doctores occidentales son iguales que Los
doctores indios. Ellos son doctores porque tienen un don. No pueden hacer su
trabajo sin la ayuda de la gente. Los pacientes tienen que pensar muy
profundamente sobre el doctor y pensar muy profundamente sobre la medicina y
hablar con la medicina para que se llene del poder de hacer el trabajo que
puede hacer. Necesitan poner todos sus pensamientos en este doctor para que él
pueda volverse fuerte. El médico o curandero tiene la misma responsabilidad de
pensar profundamente sobre su medicina y sobre el paciente, y usar su don
plenamente. Pero hoy me parece como si la razón de que muchos médicos estén
teniendo dificultades y se sientan perturbados es porque Las relaciones entre
ellos y Los pacientes no son buenas. Yo veo que Las personas quieren cada vez
más, quieren obtener y obtener, y con demasiada frecuencia no quieren regresar
nada in por el tratamiento in a la medicina. Tiene que haber igual
responsabilidad y un Dar por igual. Yo veo a muchas personas, igual que Los doctores
blancos. Recuerdo el caso de una mujer que vino a mí con la pipa y me pidió
ayuda. Ella estaba muy enferma, con una enfermedad pesada y difícil. Le dije
que yo la trataría, pero por ese tiempo vino otra persona con una enfermedad
muy ligera y no tan seria comparada con la primera mujer. Pero esta segunda
persona insistía en seguirme y no me dejaba. Ella no necesitaba mi ayuda. Ella
podía ayudarse a sí misma, pero seguía exigiendo cada vez más. Para mí, esto dificultó
mucho concentrarme en la mujer con la enfermedad seria. Nosotros sabemos que
para que nuestras ceremonias funcionen y que las personas realmente mejoren,
debemos tener un sólo enfoque. Debemos tener a todos con una sola mente en la
ceremonia para que venga el poder. Pero esto es difícil si tienes que tratar a
muchas personas, todas exigiendo igual tratamiento cuando ellas no son iguales.
Algunos necesitan cuidar de ellos mismos. No nos necesitan. Así que las
personas necesitan tomar tiempo para pensar profundamente sobre la medicina, su
cuerpo y el doctor, y poner toda su energía en crear la relación. Cada vez más,
las personas verán que habrá menos curanderos por algún tiempo, porque quizás
las personas necesitan aprender a hacer las cosas por ellas mismas.
Algunos doctores, doctores blancos, han acudido a
mí y han pedido mi consejo, pero parece que ellos principalmente quieren saber
sobre mis medicinas y cómo se preparan. Yo intento decirles que cada curandero
es diferente. Cada uno tiene poderes diferentes, su propia visión y su propio
don. Quiero que sepan que ellos tienen un don y tienen que encontrar su propia
fuente de curación. Yo no puedo ayudarlos con medicinas. Sólo puedo decirles
cómo pensar profundamente sobre las medicinas, el cuerpo, la persona y la
curación.
—
Tomado de “The Price of a Gift – A Lakota Healer’s Story”,
¿ Sabías que el primer órgano que se forma en un embrión es el corazón ?
A mi eso me da mucho que pensar...
(La formación del corazón de tu bebé comienza en la semana cuatro, y en
los próximos siete días ya aparecerán los primeros latidos. La sangre
comienza a circular, y por ende el sistema circulatorio entra en acción.
Ya en la semana nueve, el corazón se divide en cuatro cámaras y las
válvulas comienzan a formarse. En el segundo y tercer trimestre el
corazón se fortalece y comienza a mejorar su bombeo de sangre)
"Las mujeres son difíciles de contentar y nadie las entiende"
Cede a sus sueños, porque lo que tiene le alcanza. Elige con quien comparte solo si ese otro no le hace sombra No ama a nadie, solo se relaciona. Da cuando puede dar, es una buena ciudadana. Pero no da con el corazón, solo da porque la culpa de no dar daña. Esta conforme así sin saber que siente. Todo es perfecto en su mundo inerte. Sus sueños ha olvidado o tal vez los desconoce.... solo le da seguridad tener contento a su hombre. Vive una vida que fue elegida por otro. Todo es fingido, nada es suyo propio. Camina a ciegas, de pronto escucha algo que la conmueve. Fue la voz de su alma, que le ha gritado que despierte!
Es muy bueno recitar el mantra Om
mani padme hum, pero mientras lo haces, debes pensar en su significado,
porque el significado de sus seis sílabas es grande y extenso... La
primera, Om [...] simboliza el cuerpo, habla y mente impura del
practicante; también simbolizan el cuerpo, habla y mente pura y exaltada
de un Buddha[...]"
"El camino lo indican las próximas dos sílabas. Mani, que significa
"joya", simboliza los factores del método -- la intención altruista de
lograr la claridad de mente, compasión y amor.[...]"
"Las dos sílabas, padme, que significan "loto", simbolizan la sabiduría[...]"
"La pureza debe ser lograda por la unidad indivisible del método y la
sabiduría, simbolizada por la sílaba final hum, la cual indica la
indivisibilidad[...]"
"De esa manera las seis sílabas, om mani padme hum, significan que en
la dependencia de la práctica de un camino que es la unión indivisible
del método y la sabiduría, tú puedes transformar tu cuerpo, habla y
mente impura al cuerpo, habla y mente pura y exaltada de un Buddha[...]"