miércoles, 8 de septiembre de 2010

CASTILLOS EN EL AIRE



Alberto Cortez: Castillos en el aire



Querido Ser Humano: En la era de la más sofisticada tecnología
podemos bajar, subir, grabar canciones de cientos de formas diferentes.

A mí me parece una suerte de magia haber transitado una época en la que
a pesar de no disponer de esa tecnología punta, se nos quedaban
grabadas algunas canciones en el alma para siempre.
Una de esas canciones que me descubro tarareando de vez en cuando como hoy que decido compartirla aquí y ahora es precisamente esta que me emocionaba especialmente cuando era pequeña y que todavía continúa haciéndolo. Hoy me atrevo,como si ya fuera mayor, a responderle a este maravilloso cantautor, poeta y maestro de las  palabras a la pregunta que formula al final de su canción:




Sí.
Rotundamente si se pueden construir castillos en el aire, castillos que
nos rescaten del exceso de cordura, castillos que habrán de  devenir en
magníficas nuevas realidades.
Sí.
Urge construir castillos en el aire, convocar a ese duende de las cosas que tienen que ver con el AMOR.
Se buscan soñadores, convocadores de magia, trabajadores de la luz, hacedores de nuevas posibilidades, constructores de castillos en el aire.
No se olviden de soñar.


Teresa Delgado©2010


Quiso volar igual que las gaviotas,
libre en el aire, por el aire libre
y los demás dijeron, ""¡pobre idiota,
no sabe que volar es imposible!"".

Mas él alzó sus sueños hacia el cielo
y poco a poco, fue ganando altura
y los demás, quedaron en el suelo
guardando la cordura.

Y construyó, castillos en aire
a pleno sol, con nubes de algodón,
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y construyó ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocó al duende de las cosas
que tiene mucho que ver con el amor.

En los demás, al verlo tan dichoso,
cundió la alarma, se dictaron normas,
""No vaya a ser que fuera contagioso...""
tratar de ser feliz de aquella forma.

La conclusión, es clara y contundente,
lo condenaron por su chifladura
a convivir de nuevo con la gente,
vestido de cordura.

Por construir castillos en el aire
a pleno sol, con nubes de algodón
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y por abrir ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocar al duende de las cosas
que tienen mucho que ver con el amor.

Acaba aquí la historia del idiota
que por el aire, como el aire libre,
quiso volar igual que las gaviotas...,
pero eso es imposible..., ¿o no?...


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