Foto de Cristina Garcia Romero |
Desconfía de las despedidas que “ni fu ni fa”. De los sitios hay que irse llorando. Unas veces tendremos que irnos nosotros y otras se irán ellos (momentos y personas), pero si algo es seguro es que no se puede disfrutar aquello que no estamos dispuestos a perder. Crecer es un continuo echar de menos.Se trata de un auténtico pacto de valientes: por cada adiós, un saludo; por cada saludo un adiós. Hasta saldar un día las cuentas entre el mayor de los saludos, nacer, y el mayor de los despidos: morir.
Niégate a morir sin un gran epílogo. Yo ya he decidido mi epitafio: quiero uno que ponga algo como “Aquí yace una persona que ojalá se hubiera quedado” o “¡Joder, él no!”. ¿Qué frase quieres tú? ¿Qué has hecho hoy por tu epitafio?.
Pablo Arribas
(El universo de lo sencillo.com)
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