Querido Ser Humano: Me gustaría compartirles como en cierta ocasión, durante un taller de poesía y emociones
en un instituto de secundaria, unos muchachos de tan solo 13 años me recordaron
la fuerza e inmensa capacidad de amor que habita el alma adolescente. También
me confirmaron las múltiples estrategias existentes (tantas como personas
adolescentes hay en el mundo) para
esconder, negar y amordazar esa fuerza que se adivinan brotándola en
sufrimiento hacia adentro o hacia el entorno que encuentran hostil e indigno de
conocer a sus auténticos yoes. Casi siempre acierto a ver con claridad los malabarismos
que hacen para no mostrar su sensibilidad y sobre todo ese miedo a la muerte
que les abate, la que reconocen con más o menos certeza, la del niño o niña que
fueron sin atreverse a mirar al joven en que se están convirtiendo.
Me emociona trabajar con ellos, sacan a pasear a mi propia
adolescente e indiscutiblemente renuevan mi cajita de la sabiduría.
Para conectar con un adolescente has de estar dispuesto a
que te vean (que te ven) a soltar las máscaras y los disfraces, a ser honesto y
estar dispuesto a una comunicación de alma a alma. Hasta ahora ha funcionado y
realmente SIEMPRE vale la pena escuchar lo que, de tan diversas formas, nos
están tratando de decir.
Pista: Va de amor
Teresa Delgado © 2015
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