Medicina tradicional china: El metal, el otoño y la
tristeza.
Según la
MTC (Medicina Tradicional China) el pulmón y el
intestino grueso son los órganos relacionados con “el
metal”, que es uno de los 5 elementos en que se basa su
teoría para ayudarnos a entender el funcionamiento de
los ciclos de la naturaleza, del hombre y del movimiento
de la energía (Chi) en general.
El metal
La energía
de este elemento se manifiesta con mayor intensidad en
otoño, tiene que ver con la contracción, el
recogimiento, la resecación. El yin crece y el yang
decrece. Es el momento de eliminar lo innecesario, de
guardar sólo lo que será esencial para el invierno. Nos
da la capacidad dejar partir, de “no-apego” nos permite
terminar el ciclo y renovarnos, es un momento de
interiorización en el que podemos conectar con la pena y
la melancolía, permite crear un espacio limpio y
renovado para que entre lo fresco y lo nuevo, que nos
posibilita un nuevo ciclo.
El metal
representa el proceso de individualización necesario
para que florezca una relación sana con el exterior.
Delimita nuestro espacio vital, forma una frontera
permeable que a la vez nos separa, nos comunica con el
exterior y nos da estructura. Tiene que ver con la
sensación de pérdida cuando la luz empieza a debilitarse
y el aire se enfría.
Permite la
eliminación de residuos a través de las heces, la
exhalación y el sudor.
Si el
metal es débil resulta difícil desprenderse de la
tristeza y del luto, y las pérdidas, del tipo que sean,
originan un proceso permanente de melancolía y
depresión.
La energía
metal resulta debilitada en la infancia por una
educación muy estricta que deriva en tristeza y pérdida
de autoestima. La represión de la tristeza suele ir
acompañada de una búsqueda de la perfección en la vida.
En la voz se puede manifestar como una caída de tono al
final de cada frase (una forma de aflorar el llanto).
Otro
desequilibrio que puede aparecer es el sentimiento de
alejamiento de la vida, y lo trata de compensar
despertando los sentidos con sabores fuertes y picantes.
El pulmón
Tiene las
funciones de captar el “chi” del aire y de regular la
respiración.
Gobierna
la relación entre el interior y el exterior, lo hace a
través de la piel. El reconocimiento de los límites nos
permite poder expandirnos.
Hidrata la
piel, regula la apertura y cierre de los poros y el
sudor. La piel se tensa y engrosa para evitar las
influencias no deseadas y guardar los recursos valiosos,
o la afloja y la vuelve fina para liberar las sustancias
o sentimientos no queridos y permitir que penetren las
influencias deseables. Está relacionado con el bello
corporal.
Ayuda a
destilar el chi puro necesario para vivir y difundirlo
por todo el cuerpo hasta la piel, haciéndola permeable.
Desciende y dispersa los fluidos y el chi. Favorece
todos los procesos fisiológicos y regula el movimiento
de los líquidos orgánicos. Gobierna el exterior y la
capacidad inmediata de responder al medio ambiente
protegiéndonos de los factores patógenos externos.
Calienta
la piel y los músculos, controla la fuerza de la voz,
los canales y los vasos sanguíneos.
Si hay
problemas de pulmón se pueden manifestar como trastornos
respiratorios (bronquitis, enfisema, disnea, contención
respiratoria), tos, catarro nasal, hemorragia nasal,
estornudos, congestión sinusal, ojos hinchados y
llorosos, rinitis, dolor e irritación de garganta,
pérdida de olfato voz débil. Poca resistencia a las
infecciones. Dermopatías crónicas, eccemas, psoriasis.
Palidez. Sequedad en piel, cabello y labios.
Transpiración espontánea o falta de sudoración,
acumulación de líquidos bajo la piel. Circulación
deficiente. Desarreglos intestinales (estreñimiento,
diarrea). Retención de orina. Dolor en zona superior de
espalda. Problemas en pecho (Congestión, dolor,
opresión, rigidez). Tortícolis a lo largo del brazo.
Dolor en pulgar. Frío en las manos. Rigidez muscular.
Sobrepeso. Rostro abotargado. Cansancio, falta de
vitalidad, debilidad.
A nivel
emocional se puede manifestar como nerviosismo,
desarraigo, tristeza, pena, represión de sentimientos,
bloqueos emocionales, celos, desánimo, desapego,
egoísmo, orgullo, hipersensibilidad, lloro fácil,
suspiros, bostezos, depresión.
A nivel
mental se puede manifestar como colapso mental,
negatividad, perfeccionismo.
El intestino grueso
Tiene las
funciones de eliminar los desechos procedentes de la
digestión, absorción de parte del agua de la digestión y
de la esencia de los alimentos. Dispersa influjos
patógenos al comienzo de cualquier enfermedad. Armoniza
las emociones con una respuesta apropiada a la relación
soltar-guardar.
Está
relacionado con la sinusitis, resfriados, congestión
nasal, hemorragia nasal, sequedad nasal, amigdalitis,
tos. Problemas en piel (acne, diviesos), sudoración
dificultosa, escalofríos. Propensión a infecciones. Frío
en abdomen inferior, estreñimiento, heces secas o
sueltas, diarrea, dolor abdominal, sonidos abdominales,
hemorroides, ardor en el ano. Rigidez, migrañas, dolor
de cuello, dolor en mandíbula, dolor en brazo, frío en
extremidades, falta de fuerza en la cadera. Expresión
sin vitalidad en la cara, comer en exceso, epilepsia,
falta de ejercicio e inflamaciones.
A nivel
emocional se puede manifestar como aislamiento,
antisocial, decepcionarse, dependiente, depresión,
desconfiado, falta de amigos con quien hablar, falta de
entusiasmo, falta de espíritu, falta de expresividad,
falta de ilusión, insatisfacción crónica, introvertido,
tristeza, melancolía, no dejar partir las cosas,
pesimismo, remordimientos.
Y a nivel
mental como falta de pensamiento positivo, preocupación,
perfeccionismo, resistencia a los cambios.
Esta es
una energía que frecuentemente se desequilibra en
retiros de meditación o talleres de crecimiento
personal, en los cuales nos resistimos a que aflore el
inconsciente, y usamos esta energía para impedirlo.
Esta
energía está relacionada a su vez con el primer chacra,
si está desequilibrada puede aparecer en una persona
puramente material que se resiste a ver que existen
otras dimensiones de su ser (emociones, sentimientos,
espiritualidad) y actúa sin tenerlos en cuenta. También
puede ocurrir lo contrario, una persona muy espiritual
que desatiende los temas materiales por considerarlos
inferiores o sucios.
¿Qué hacer?
Saber
decir NO. Marcar tus límites y hacerlos respetar, ser
claro y pedir claridad a los demás. Permitirte expresar
la tristeza (mediante el llanto, que aparece cuando
conectamos con nuestras carencias). Gritar. Tirar o
regalar lo que ya no nos sirve. Satisfacer tus
necesidades reales y sentirse merecedor. Hacer
ejercicios aeróbicos y respiratorios. Estirar los
músculos. Dar y recibir masajes o caricias. Tomar un
poco de picante en las comidas. Hacer espacios regulares
para estar sólo, para reflexionar o meditar. Salir de la
rutina, hacer cosas nuevas y traspasar los límites de
tus miedos. Enfocarse en el disfrute de las cosas, más
que en hacerlas correctamente.
TOMADO DE:
http://www.crecimiento-personal.com/medicina_tradicional_china_metal.htm
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