viernes, 13 de septiembre de 2013

¿Qué es una DOULA?


Ilustración de Claudia Tremblay


La palabra "DOULA" proviene del griego y denominaba a la esclava principal en una familia de la Grecia antigua; esta mujer era la que probablemente ayudaba a la señora de la casa durante los partos.
Las doulas son mujeres, en su mayoría madres, que acompañan a otras mujeres durante en el camino a la maternidad. Su labor fundamental es dar soporte, tanto físico como emocional, durante el parto y el puerperio.
Las doulas no tienen una preparación académica específica pues no existe, a día de hoy,  una formación reglada como Doula, aunque entre sus conocimientos están los de  fisiología del embarazo, parto y puerperio con objeto de ser lo más eficaz posible en el acompañamiento.

Su función básicamente es:

Durante el embarazo: de ser requerida, ella ayuda e informa a la madre y su familia sobre aspectos prácticos en todo lo referente al parto, postparto y la crianza, ofreciendo apoyo emocional si fuera preciso.
Durante el parto: Si asi lo decidiera la parturienta, la Doula la acompaña en el  proceso de parto siendo su soporte físico y emocional y para ayudarla a encontrar las posturas más cómodas y propicias, sin desplazar en ningún momento a cualquier otra persona ( pareja, madre) que la mujer haya elegido a tal fin ni,  porsupuesto, a los profesionales médicos  presentes en el trabajo del parto.
Durante el postparto: la Doula cuida de la madre, la asesora si fuera necesario en el inicio de lactancia y haciendo todo lo posible para propiciar el éxito de la misma. Apoya a la mujer y la asesora de ser requerida en cuanto a los primeros cuidados del bebé proporcionándole apoyo en su nueva tarea de ser madre.
La Doula si fuera necesario aporta recursos que ayuden a la madre a valorar y sobrellevar la etapa de puerperio que se vuelve particularmente dura en algunas mujeres.

Una Doula NACE Y SE HACE.  Una mujer que decide ser DOULA se  forma en todo aquello que de poder y eficacia a su trabajo de acompañar a una mujer, aunque generalmente, ya son mujeres cuya sabiduría será el mayor soporte que aportarán en tan cruciales momentos en la vida de una mujer y de la del ser que está llegando al mundo. Ellas son, generalmente,  madres que están acompañando a otras mujeres a serlo y cuya sensibilidad y trabajo personal las dotan de las cualidades únicas que se precisan en el proceso de acompañamiento a otros seres que están pasando el momento de transcendencia vital y emocional que supone el gestar y parir una vida nueva.
Su mayor habilidad debería ser la de  quitarse de en medio, volverse canales para la vida misma, estar desde el silencio y el respeto. Tener una presencia que se haga sentir sin esfuerzo porque nace desde la grandeza de alguien que se entrega cada vez que es requerida cien por cien para ello. Las actitudes de humildad, discreción y servicio son las que suelen prevalecer en una DOULA.

Tradicionalmente, los conocimientos sobre el embarazo, parto y puerperio, se transmitían de madres a hijas, o entre mujeres de la misma familia, del mismo pueblo. Estos conocimientos, no se referían sólo a la fisiología, si no también a las necesidades emocionales que se desencadenan durante el transito por este trozo del camino de la vida de una mujer y que generan , de manera única, porque somos únicos e irrepetibles. Diferentes estados de ánimo, miedos, incertidumbres que sin lugar a duda son más llevaderos e incluso enriquecedores si son adecuadamente tratados y en el momento oportuno.

En la sociedad actual, las redes de apoyo entre mujeres se han perdido en gran medida. Por un lado, la familia nuclear hace que sea una pareja sola la que afronte la etapa de maternidad. En general, hoy en día las mujeres se enfrentan a la maternidad solas y sin referentes cercanos, dentro de una sociedad en que en ese proceso tan importante la mujer está bastante desvalorada y superficializada. A menudo, el único referente con el que cuentan las mujeres son las revistas especializadas y programas de televisión bastante mediatizados por la publicidad imperante y en las que se suele ofrecer una imagen idílica e infantilizada de las embarazadas y puérperas.
Cuando una mujer descubre la farsa y se hace cargo de sí misma, aceptando su realidad única y que vivirla en plenitud  es posible gracias a un apoyo especializado que la guiará para parir de manera natural, descubre su poder, lo cual redunda en favor de su mejor recuperación y sin lugar a dudas en la calidad de vida de ella y de su hijo.

Las doulas surgen, junto con otros grupos de apoyo (lactancia) como una necesidad intima de la mujer de recuperar el poder de la tribu, de la  red de apoyo entre mujeres, la realidad de la maternidad como crisis vital en la vida de una mujer y consecuentemente la posibilidad de cambio y crecimiento más impresionante de su vida, como un legítimo derecho a recuperar el espacio y posición que les corresponde. También de una realidad claramente observable, en nuestra sociedad ya no hay cultura del parto en la medida en que la tecnología hizo su explosión en la década del 1970, el manejo del parto se medicalizó cada vez más por desgracia y se perdió el indudable protagonismo de la mujer en este proceso SUYO. Es ovbio que la presencia de otra mujer cálida y cercana minimiza el impacto de esta práctica.

La primera asociación de Doulas del mundo, fue creada por Marshall Klaus, un reconocido neonatólogo e investigador estadounidense que en 1993 fundó, junto a otros doctores, la Asociación de Doulas de Norteamérica (Doulas of North América, DONA). Las investigaciones del doctor Klaus y su equipo fueron realizadas en hospitales públicos de países como Guatemala y Venezuela, entre otros, y tenían por objetivo reducir el número de cesáreas y los gastos farmacéuticos de sus maternidades contando con mujeres que no fueran sanitarias, con resultados asombrosos que están al alcance de todos



¿Por qué una Doula?
Reconocidos estudios acerca de este tema han demostrado estas diferencias en los partos  que cuentan con la presencia de una DOULA 
       - 50% reducción de probabilidad de cesáreas.
       - Menor duración del parto.
       - 60% menos de peticiones de epidural.
       - 40% menos de uso de oxitocina sintética.
       - Mejora el vínculo padres-bebé.
       - Menos problemas con la lactancia.
       - Menor incidencia de depresión postparto.
       - Experiencia positiva en el parto para la madre y su pareja.

Teresa Delgado © 2014

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