Me gusta ver una gota de rocío y sentirme la mujer más
afortunada del mundo por poder presenciar la humildad con que el universo se prodiga en sus milagros
cotidianos. Cuando vislumbro esa verdad , justo en ese instante, me deshago en infinitas gotas de rocío o lágrimas. No paran de llover regalos.
Teresa Delgado 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario