"La meditación tiene que ver con tu conciencia, y la conciencia no es ni hombre ni mujer. Todas las religiones han negado a la mujer la posibilidad del crecimiento espiritual, pensando que su cuerpo es diferente, que su biología es diferente: ella no será capaz de alcanzar el florecimiento supremo de la conciencia.
La meditación tiene que ver con el centro más esencial de tu ser, que no se puede dividir en masculino o femenino. La conciencia es simplemente conciencia. Un espejo es un espejo. No es hombre, no es mujer. Simplemente refleja.
La conciencia es exactamente igual que un espejo que refleja. Y meditación es permitir que tu espejo refleje, que simplemente refleje la mente en acción, el cuerpo en acción. No importa que se trate del cuerpo de un hombre o de una mujer; no importa cómo funcione la mente, emocional o lógicamente. Cualquiera que sea el caso, la conciencia simplemente tiene que estar alerta. Esa vigilancia, esa conciencia, es la meditación. Así que en meditación no es posible ninguna diferencia entre el hombre y la mujer."
"La mujer debería buscar en su propia alma su propio potencial y desarrollarlo, y tendrá así un hermoso futuro. El hombre y la mujer no son ni iguales ni desiguales, son únicos. Y el encuentro de dos seres únicos trae algo milagroso a la existencia."
A mi humilde entender, la vida es un paseo por una dimensión física en la que compartimos percepciones, sensaciones y emociones que son atesoradas en cada una de las células de nuestros cuerpos y nuestras almas y que se transmutan en aprendizaje y por tanto en crecimiento personal y espiritual. "Tripti" es mi nombre sanscrito, mis guías espirituales son Jesús y Lao -Tse. Sé que somos lo que a lo largo de nuestra vida vamos siendo. Teresa Delgado © 2011
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