PASOS
Cada paso que damos en la vida al ritmo de una música auténtica, tiene
sentido y nos coloca en el lugar exacto donde hemos de estar para lograr un
resultado que va más allá de nosotros mismos. Al igual que ocurre con una buena
coreografía, la ejecución de los pasos puede parecer aislada y torpe, más en la
mente del coreógrafo está todo claramente definido para lograr el bellísimo
resultado final que los observadores disfrutarán, e incluso se dará la
maravilla de que cada observador percibirá su propia versión de la pieza que ha
sido creada y ejecutada para él y el mundo.
Cada paso que damos en la vida, solos o en compañía, bajo supervisión de un
maestro o de nuestra propia intuición, aunque nos resulte sumamente costoso,
nos aísle, nos coloque en una sombra del escenario o nos parezca anodino tiene
sentido tanto para el propio bailarín como para el conjunto.
El secreto es creer en ese paso, en cada paso, poner toda nuestra energía e
intención en él, con la absoluta certeza de que nos conducirá al siguiente y
que mientras estemos conectados con la música y el movimiento, la ejecución
será perfecta y disfrutaremos de ello. Mientras dancemos con coherencia y amor,
toda coreografía que llevemos a cabo será nuestra obra de arte.
Es tiempo de danzar al ritmo, siempre auténtico, de nuestro propio latido y
encontrar en él el latido del otro y del mundo. Danzar fluyendo con nuestra
propia música y acompasarla con la melodía de los otros sin perder nunca el
hilo de nuestro propio acorde. Cada paso está bien dado, es el que había que dar,
es perfecto en sí mismo. Nada es azar.
Teresa Delgado © 2015
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