Existen a nuestro alrededor muchas formas de presentir el cielo y todos
nosotros hemos tomado contacto en alguna ocasión con esa magnífica sensación.
Una pieza musical que nos roza el alma, un paisaje que nos hace llorar de
belleza, la risa de nuestros hijos, un abrazo en el momento justo, un beso
apasionado,un sabor sorprendente en mi paladar, un poema sublime, un acto de grandeza, una caricia…
En ese momento nuestro estado de bienestar y salud es el más
óptimo que pudiéramos imaginar, conseguimos un maravilloso equilibrio en
nuestro medio interno, nos reconocemos en plenitud y en salud.
¿De qué depende que me sienta así?
¿De quién depende que yo sienta ese estado de bienestar?
¿Qué puedo hacer para mantenerme en ese estado o para
propiciarlo durante todo el tiempo que me sea posible?
Teresa Delgado © 2015
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