Querido Ser Humano:
Son pocos los instantes en que nos hacemos a nosotros mismos el regalo de parar, el obsequio del silencio, el presente de estar presentes. Sin embargo, reconocemos que esos pequeños destellos del tiempo iluminan nuestras sombras como el más brillante de los amaneceres. Nos sabemos conectados con un todo del que nos reconocemos parte, como si estuviéramos en casa, en un lugar privilegiado de nuestro verdadero hogar desde el cual observamos con absoluta claridad la magnificencia de lo que somos y el autentico material del que estamos hechos. Venimos a este plano de consciencia ataviados con un cuerpo cuyas percepciones obrarán milagro de la experiencia, el aprendizaje que nos hará crecer de nuevo hasta el infinito aunque esto ocurra a base de confundirnos disfrazándose de ego, miedo, creencias limitantes, linealidad, separación y un continúo dialogo interno que nos pone a prueba permanentemente. A pesar de ello y gracias a ello SABEMOS, siempre sabemos que tras las fronteras de nuestras vísceras y en lo más recóndito de ellas mismas estamos nosotros, en cada célula, en cada átomo, en cada latido o respiración somos y dejamos de ser a cada instante...
Tan solo basta un segundo de quietud, una gota de silencio, un grano de amor para reconectar con nuestra música, la música del universo, con la frecuencia que emite el amor que somos.
Teresa Delgado © 2011
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