lunes, 11 de octubre de 2010

LOS CÁTAROS, LOS HOMBRES BUENOS



 
 Era - Cathar Rhythm and After Time



La historia del pueblo cátaro entra dentro de las raíces medievales del cambio ideológico de cristianismo más puro. Recojo la noticia de que el 16 de marzo de 1244, doscientos cátaros fueron enviados a las hogueras de Montségur por blasfemos, aunque éstos cantaran durante el camino a su muerte, cantos alzados a la gloria de Dios. Profundizo un poco en el tema de los Cátaros, un pueblo pacífico y sencillo, que veía la fe cristiana desde otra perspectiva. “Ecce qua” un poco de su historia. Se cuenta que el catarismo vino del Mediterráneo, como todas influencias de la época que venia de Bizancia y Tierra Santa. En las tierras del Languedoc (Occitania) la llegada de unos monjes de la mediterránea oriental, en el siglo XII cambiaría el transcurso tranquilo del pueblo albigense, (naturales del pueblo de Albi) tierra de trobadores.
El día 10 de marzo de 1204 el Papa Inocencio III escribió una
carta al rey de Francia:

“(...) Te corresponde a ti expulsar al Conde de Toulouse de la tierra
que ocupa y quitársela de las manos....para dársela a unos
buenos católicos que puedan, bajo tu feliz dominación, servir
fielmente al Señor” (...).

En el Sur de Francia, un hombre de mucho poder luchó contra los
cátaros, Pèire o Pierre de Castelnau y acompañado
por su fiel compañero Arnau Almaric, que fue abad de Cîteaux.
Lucharon para acabar con la herejía de aquellos lugares y principalmente
se enfrentaron ante los prelados de Languedoc que favorecían a
los mismos, como el Obispo de Besièrs, el Obispo de Vivièrs
o el Arzobispo Berenguer II de Narbonne y que pugnaron duramente en contra
los embajadores del Papa.

A finales de 1207, Castelnau consiguió reunir una liga de barones
del Sur de Francia para unirse a esa cruzada en contra de los cátaros.
El Conde de Toulouse al enterarse puso remedio y un contra ataque en la
que se valió de miles de cátaros meridionales y de la ayuda
de sus vasallos, como el rey Pedro II de Aragón. Castelnau moriría
asesinado en mano de los herejes, después de un fuerte enfrentamiento
con el Conde de Tolosa (Toulouse) Raimond VI, el día 14 de enero
de 1208 en Beaucaire.
El día 10 de marzo de 1208, el Papa Inocencio
III convoca con un gran llamamiento que todos los príncipes, nobles
y gentiles hombres se unan en armas ante una nueva y sangrienta cruzada
programada para defender unos pueblos cristianos sublevados en el sur
de Francia y ser dirigidos por el Conde Simón de Montfort. Mientras
en el otro bando, el Conde Raimond VI de Toulouse, familiar de los reyes
de Francia, Inglaterra y Aragón; nuevo enemigo de la cristiandad
por defender y gobernar los destinos de los cátaros manda llamar
a todos sus aliados para defender con justicia sus territorios ante el
papado. El conde toloso gobernaba unas tierras en la que la herejía
se había instalado y en la que se sentía libre ya que la
Iglesia actuaba cada vez con menor fuerza.

En julio de 1209, en Béziers murieron cerca de
30.000 personas, fue toda una matanza en la que ni los mayores, niños
ni mujeres se salvaron. Raimond Roger Trencavel, mandó reorganizar
nuevamente a sus vasallos dentro de la fortaleza. En agosto de 1209, la
ciudad cayó en manos de Montfort.

 LAS CREENCIAS & FILOSOFIA CATARA:
 La llegada de la herejía era muy común durante aquella época.
En el mediterráneo era muy usual las guerras entre herejes y la
Iglesia católica. También era época de las cruzadas,
aunque ya iban en declive, el fervor por servir a la Iglesia y luchar
en contra el mal y ser perdonados por la eternidad a aquellos que acabaran
con los sublevados, mantenían la fe, tal vez equivocadamente, a
unos hombres cristianos con afán de seguir los pasos de Cristo.
Los puntos de vista de los cátaros sobre los sacramentos, cuestionados
y reinterpretados; su oposición a la jerarquía de la Iglesia
y pensamiento de que Cristo dió por igual a todos sus apóstoles,
sin afán de poder ni de economía; también cuestionaron
los temas del bautismo, la eucaristía, la virginidad de María,
la conversión del pan y del vino, en cuerpo y sangre de Cristo;
aceptaron la idea de la reencarnación por lo que muchos adoptaron
también una dieta baja en carnes llegando a rozar el vegetarismo.
Esta nueva filosofía socio-religiosa no agradó a la Iglesia
Católica, remarcándoles nuevamente de herejes.

El pensamiento o filosofía cátara, divergente y chocante
con el mundo cristiano de la época, plantearon una nueva forma
de fe cristiana. “Katharos”, esta palabra de origen griego
que significa “puros” o “bons homs” en lengua
del Languedoc, madre del catalán actual y de las diferentes variantes
lingüísticas de la misma lengua.

Hacia 1250 se escribió un documento- uno de los pocos habidos-
que fue cuestionado ante el papado, “El Libre des dos principis”
(El libro de los dos principios)

 CARCASONA: EL HOGAR DE LOS CATAROS

 Carcasona, tierra de los Trencavel -señores feudales- tomó
un papel muy relevante durante la historia de los cátaros del Languedoc.
A casi dos horas de Cataluña por carretera, hallamos la ciudad
medieval mejor conservada de las habidas en nuestro continente. El pueblo
albigense se resistió a la cruzada organizada por el Papa Inocencio
III en el año 1208. Miles de hogueras invadieron la ciudad, cada
día había sentencias de brujería y quema de infieles.
La Iglesia montó en ella uno de los mejores y mayores tribunales
de la Inquisición. Raymond Rouger Trencavel puso fuerte resistencia
ante el Conde de Montfort, que luchaba en la banda papal y acompañado
de miles de cruzados. La ciudad cayó en manos de Montfort, rindiéndose
a éste después de quince dias de asedio, justamente el día
15 de agosto de 1209 en el que se cuenta que hacia un calor terrible.
Pedro II de Aragón que operaba a favor de los cátaros, intentó
negociar con Montfort pero la tentativa no dió muchos frutos y
aún siguiendo con la oposición de Trencavel, éste
fallece el dia 10 de noviembre de 1209. Su hijo Raymond volvería
años más tarde para poder rescatar Carcassona de los Capetos
y devolverla su fé en el caterismo y en el esplendor que vivió
la ciudad antes de 1208. Una vez derrotado el hijo de Trencavel, en 1224,
se retiró y se tomó muchos años antes de regresar
en 1240 a volver a reconquistar los terrenos que anteriormente fueron
cátaras como Montolieu. Los reyes capetos (franceses) no les permitió
mucho espacio de movilidad, mandando fortificar y reforzar las defensas
de las ciudades y villas importantes del Languedoc. Por matrimonio y por
herencia, los Condes del Rossellón, de Carcasonne y señoríos
de Languedoc y fronterizos con Cataluña, pasaron a ser parte de
la Dinastía real de los Condes-Reyes de Aragón y Barcelona,
también antiguos aliados de los Cátaros. A Carlomagno y
a sus descendientes la unificación de estos territorios a Aragón
no agradaron nada. Se intentó casar a las hijas de los reyes de
Aragón y Francia, para poder recuperar los derechos dinásticos
sobre el sur de Francia. Siempre y durante la historia y a raíz
de su unión con el pueblo catalán- principalmente- y con
el aragonés, el pueblo de los antiguos cátaros han seguido
manteniendo mucha simpatía por aquellos aliados que ayudaron –
no si poder resolver- la tentativa de ser cátaros en un mundo en
que solo había una ideología religiosa y en el que mandaba
el Papa. Eran otros tiempos para el cristianismo.
Inscripción
real en una losa: “Als catars, als martirs del pur amor crestian”
16/3/1244


















LA CRUZ OCCITANA:

Este símbolo cristiano fue adoptado por las tierras occitanas de
Languedoc y Provença, donde ya en muchas sepulturas precristianas
aparecía. La región de los cátaros, el Languedoc-Roussillon,
adoptó para su bandera las cuatro barras catalanas y la Cruz d’Oc
o Cruz Occitana.

Los cátaros renunciaron a símbolos de idolatría pero
esta cruz tiene una asociación con el mundo solar y con los doce
símbolos del horóscopo occidental. Los Condes de Tolosa
o Toulouse adoptaron este símbolo como parte de su escudo heráldico
en el siglo XIII. Con el paso de los tiempos fue aceptado como símbolo
heráldico-nobiliario. En 1211 los condes ya la llevaron durante
la invasión francesa en sus territorios para acabar con el catarismo.
Curiosamente se la puede ver en color rojo o blanco. En

la bandera con fondo rojo, la cruz es amarilla o blanca.


LUGARES CÁTAROS QUE HOY EN DIA SE PUEDEN
VISITAR:


Basilica de St. Nazaire (Románica)- Carcassone.

El Castillo y murallas de la ciudad de Carcassone, el Castillo de Puivert.

Las ciudades de Toulouse, Bèsiers, Narbonne

Pueblos de Montolieu, Bearn, Montsegur, Foix y Saissac

(una época muy buena para conocer el mundo cátaro
el otoño o la primavera)


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