Si sueles quemar incienso en casa, estás incidiendo directamente sobre
tu cerebro, probablemente sin saberlo. De hecho, durante siglos
diferentes religiones han sostenido que quemar incienso es bueno para el
alma. Y todo parece indicar que no andaban muy desacertadas ya que
ahora un equipo de biólogos de la Universidad de Johns Hopkins y la
Universidad Hebrea de Jerusalén afirma que también es positivo para el
cerebro y explican que sus propiedades psicoactivas podrían ser la razón
por la cual las personas siguen quemando incienso en las prácticas
religiosas, a través del tiempo y a lo largo de todo el mundo.
El incienso tiene propiedades ansiolíticas y antidepresivas
Estos investigadores descubrieron cómo el franquincienso, una resina de la planta boswellia sacra, también conocida como el árbol del incienso, actúa a nivel cerebral para combatir la ansiedad
o la depresión. De esta forma, podríamos tener a la mano una poderosa
herramienta para aliviar los síntomas ansisosos o depresivos, sin
saberlo.
Básicamente, el poder curativo de esta práctica radicaría en el acetato
de incensole, un compuesto de la resina que se extrae del árbol del
incienso. De hecho, estos investigadores expusieron a unos ratones a
esta sustancia y apreciaron que tenía efectos antidepresivos y
ansiolíticos.
Al analizar con mayor profundidad su acción descubrieron que el acetato
de incensole actúa en algunas áreas del cerebro vinculadas con las
emociones, así como en los circuitos sobre los que normalmente inciden
los medicamentos para la depresión y la ansiedad.
De hecho, descubrieron que quemar incienso activa una proteína
denominada TRPV3, la cual está presente en el cerebro de todos los
mamíferos, incluyendo los humanos, y desempeña un rol importante en la
percepción de la temperatura a través de la piel y la regulación
emocional.
El acetato de incensole también tiene propiedades antiinflamatorias. Un estudio llevado a cabo en la Ariel University Center of Samaria descubrió
que este componente del incienso inhibe la inflamación y previene los
déficits cognitivos después de una isquemia. Por tanto, además de su
acción antidepresiva y ansiolítica, esta sustancia también tiene un
efecto protector contra el daño neurológico.
Sin embargo, antes de quemar incienso como terapia debes tener presente
que algunos estudios indican que otros componentes del humo del incienso
podrían provocar mutaciones en el material genético, por lo que se
recomienda que cuando quememos incienso, mantengamos siempre al menos un
grado mínimo de ventilación.
Fuentes:
Zhou, R. Et al. (2015) Higher cytotoxicity and genotoxicity of burning incense than cigarette. Environ Chem Lett 13: 465.
Moussaieff, A. et. Al. (2012) Protective effects of incensole acetate on cerebral ischemic injury. Brain Research; 1443: 89-97.
Moussaieff, A. et. Al. (2008)
Incensole acetate, an incense component, elicits psychoactivity by
activating TRPV3 channels in the brain. The FASEB Journal; 22(8): 3024-3034.
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