Claudio Naranjo
en su libro “Entre meditación y psicoterapia” nos habla de la cualidad
meditadora de la música y lo hace recordándonos algo muy importante: la
música no sólo es un buen acompañamiento para meditar sino que además de
eso es un objeto para meditar acerca de la misma.
Meditar en sobre todo un estado atencional distinto al que gobierna
nuestra actividad vigil. Meditar es sobre todo focalizar nuestra
atención en nuestro interior, bien a través de la búsqueda de un vacio o
quietud de la que se ocupa esa variedad de técnicas yóguicas que
llamamos
muthama o bien llevando nuestra atención a nuestros automatismos cotidianos, que en la tradición se llama
vipasama.
Probablemente para nosotros los occidentales es más accesible esta
segunda variación pues no estamos entrenados en obervar la mente en
reposo y los pensamientos y las imágenes tienden a inmiscuirse
continuamente mientras pretendemos voluntariamente mantenerla en
silencio.
Está sin embargo al alcance de cualquiera observar-se mientras bebemos, andamos o hacemos la cama. De lo que se trata en el
vipasama es
aniquilar el automatismo en el que reposa casi toda nuestra actividad
vigil, hacer consciente la respiración por ejemplo es la técnica más
común de todas las que en definitiva practicamos los occidentales que
practicamos yoga o alguna forma de meditación que no es exclusiva del
yoga sino de casi todas las formas de espiritualidad conocida.
Pero de lo que se trata en estas técnicas no es de relajarse como
piensa la mayor parte de la gente o de soportar estoicamente posturas
difíciles (
asanas o mudras) para dominar el cuerpo como piensan otros, la meditación persigue sobre todo un fin
noético,
es decir un hallazgo de conocimiento. Pero no de cualquier tipo de
conocimiento, no se trata de aprender algo nuevo que acumular a nuestro
bagaje, sino de aprender algo del
conocimiento en si mismo,
acerca de nuestra conciencia, un conocimiento del Absoluto, del Eso en
lo que casi nunca reparamos mientras estamos bajo el dominio del Yo, es
decir bajo el dominio de la razón o de los apremios de la vida
cotidiana.
Meditar es sobre todo desprenderse del Yo, los
sufies hablan de
aniquilación,
ese impostor que habita en nuestro cerebro y que nos hace creer que es
el Ser. En realidad el Ser y el Yo no tienen mucho que ver, son sólo
vecinos, pero el Ser sólo se manifiesta cuando apagamos el Yo, algo asi
sucede cuando contemplamos las estrellas: es imposible hacerlo bajo la
contaminación lumínica de la gran ciudad, para verlas hay que estar en
el campo o en alta mar, alli donde el vacío (la oscuridad) permite
contemplar el brillo de las estrellas en toda su amplitud y belleza.

La meditación es pues una técnica al alcance de cualquiera,
democrática y barata que consiste en apagar la luz de la conciencia
cuyas pilas de litio están adosadas al Yo y contemplar entonces el
vacío, al propio Yo mientras duerme o reflexionar sobre la propia
meditación. La meditación puede tomarse a si misma como objeto de
observación igual que puede dedicarse a observar cualquier otra cosa
siempre que esa cosa no sea ese torbellino de cavilaciones, proyectos o
repeticiones compulsivas que nos abruman durante nuestra vida corriente.
La conciencia puede observarse a si misma sin tomarse como objeto.
Esta es la esencia de la meditación, una especie de disociación
voluntaria entre observador/observado, entre sujeto y objeto.
Y por esta razón decimos que la meditación representa la actividad intrínseca propia del cerebro, algo asi
sucede cuando soñamos,
sólo que durante el sueño nos dedicamos a observar nuestra producción
onírica sin demasiado control por parte de la autoconciencia de sus
contenidos, de hecho sólo algunas personas son capaces de construir
sueños lúcidos, es decir de constituirse en testigos de su propio sueño e
influir en él. Meditar es un soñar lúcido, en plena conciencia , que a
veces -a voluntad- transcurre en el vacío.
Por actividad intrínseca del cerebro entiendo aquella actividad
autónoma del cerebro con respecto a la realidad externa. En este sentido
la combinación musica-meditación es en algunos casos controvertida en
tanto que la música es algo extrínseco al cerebro y puede interferir en
una meditación profunda o incluso en la reflexión mas banal.
Sin embargo es más que evidente que la música por su poder evocador
de estados mentales internos es capaz por si misma de inducir este tipo
de vivencias intrínsecas. Sucede por una razón: la musica no sólo es
capaz de evocar recuerdos personales o emociones casi en cualquier tipo
de persona sino que nos conecta con
lo sagrado.
Y sabemos además que los estados místicos o psiquedélicos son más
facilmente inducidos a través del oido que de la vista. La audición de
determinados sonidos tienen como efecto más conocido el de inducir
trances o fenómenos de modificación de la conciencia por sí mismos. Al
parecer estos estados de conciencia modificada tienen que ver no tanto
con el sonido o su frecuencia sino con la vibración del sonido. No hace
falta pues una música muy elaborada para meditar sino una sencilla
sucesión de sonidos vibrantes con cierta ritmicidad o previsibilidad, de
ahi la catarsis de determinados
mantras, de los que el más conocido es el celebérrimo “
Om” equivalente de nuestra cristiana salmodia repetitiva “
Ora pro nobis“.
Lo sagrado
sin embargo no es un equivalente del sentido religioso, lo sagrado no
invoca a Dios necesraimente sino que se refiere a lo inmutable,
a lo que es en sí mismo,
a lo que no necesita discutirse, también a lo inefable, lo
incognoscible y que se manifiesta como una presencia oceánica sutil.
Sagrado es
sacrificio
y es carne en forma de ofrenda, sagrado es un rastro numénico heredero
de nuestras primeros escarceos cósmicos de comunión con el todo, lo
sagrado alude a lo divino pero no es lo divino, lo sagrado en este
sentido se opone a lo profano y la música, la audición de la misma tiene
el mismo propósito que la meditación: se trata de una experiencia
espiritual, una experiencia que nos acerca y apela a lo sagrado.
A veces lo hace de una forma directa: La pasión segun S. Mateo de
Bach, el Requiem de Mozart, el Gloria de Vivaldi o cualquier otro
ejemplo de música sacra apelan directamente a ese vinculo del oyente con
lo sagrado más patente en la musica del Barroco. Pero en mi opinión en
toda la música podemos encontrar ese rastro, eliminando desde luego a
esas cancioncillas construidas con intención de ser productos
consumibles de usar y tirar, con esta excepción es posible rastrear
aspectos espirituales en la música moderna y podré a continuación
algunos ejemplos.
La musica hindú corre seguramente con el peso de la liturgía de la
meditación y lo es por una razón fundamental. Su escala es como la
nuestra de siete notas (aunque sus intervalos son distintos), e
identifica a la
escala eólica
mayor dominante pero su capacidad meditativo-poyética además se debe a
la vibración de las cuerdas de sus instrumentos (usualmente
el sitar), un instrumento de cuerda cuya pulsación induce un burbujeo contante de
armónicos
que induce una sensación de flotación, como si el oyente estuviera
oyendo el tintineo de sus propios resortes instintivos y lo hiciera
desde un lugar elevado, una torre de observación, el oyente percibe una
turbulencia instintiva de la que en ningun caso pierde el control. Una
sensación que se provoca técnicamente -en relación con la misma
estructura de la musica hindú- mediante una fluctuación sobre un bajo
fijo cuya melodía discurre en torno a
la tónica, es decir sobre una misma escala sin modulaciones.
En este video podemos oir a
Ravi Shankar interpretando una
raga. Y hay tantas ragas como horas tiene el dia, es decir una musica para cada estado interior, para sus variaciones
circadianas.
En este sentido las ragas son una conexión entre lo cósmico y el oyente
a través del músico que interpreta, ese que ya conoce los misterios de
su corazón y nos los transmite de la unica forma posible: a través del
sonido.
Pero es posible encontrar tambien rastros de lo sagrado en otros
tipos de música aparentemente profana, en este caso quiero citar a la
psicodelia,
un movimiento que surgió allá por los años 60 y que incumbió tanto a
las arte plásticas como a la música. Ayudarse por medio de drogas para
obtener modificaciones del estado de conciencia fue un recurso muy
utilizado por los grandes creadores del momento hasta que su uso se
vulgarizó dando paso a una terrible lacra social. Las drogas que
pertenecen a lo sagrado jamás debieron abandonar el templo. Al alcance
de cualquiera y usadas como método para el ocio y la diversión, su
consumo masivo e ilegal terminó con uno de los más potentes aliados del
hombre y su autoconciencia.
En este video podemos ver a Paul Mc Cartney interpretando un clásico
que está incluido en la obra mayor de la psicodelia, el album “Sgt
Peppers lonely hearts club band”. El tema “I´m fixing a hole” es un
prodigio creativo que habla precisamente del agujero, del vacio, de la
detención del pensamiento y de la quietud.
Esta es la letra en español:
|
ESTOY CAVANDO UN AGUJERO POR DONDE ENTRA LA LLUVIA
Y PARA MI MENTE DE VAGABUNDEAR
A DÓNDE IRÁ?ESTOY RELLENANDO LAS GRIETAS QUE SURCAN LA PUERTA
y PARA MI MENTE DE VAGABUNDEAR
A DONDE IRÁ?Y EN REALIDAD NO ME IMPORTA
SI ESTOY EQUIVOCADO ME SIENTO BIEN
ALLÍ DONDE ME ENCUENTRO ME SIENTO BIEN
ALLÍ DONDE ME ENCUENTROMIRO LA GENTE PARADA
QUE DISCREPA Y NUNCA SE IMPONE
PREGUNTÁNDOSE POR QUÉ NO PUEDEN CRUZAR MI PUERTA
ESTOY PINTANDO LA HABITACIÓN DE MUCHOS COLORES
Letras4U.com » letras traducidas al español
Y CUANDO MI MENTE VIAJE
ALLÍ IRÉ
Y EN REALIDAD NO ME IMPORTA
SI ESTOY EQUIVOCADO ME SIENTO BIEN
ALLÍ DONDE ME ENCUENTRO ME SIENTO BIEN
ALLÍ DONDE ME ENCUENTRO
GENTE ESTÚPIDA CORRIENDO DE UN LADO A OTRO
ME FASTIDIAN Y NUNCA ME PREGUNTAN
POR QUÉ NO PUEDEN CRUZAR MI PUERTA
ME TOMO MI TIEMPO EN UNAS CUANTAS COSAS
QUE AYER NO ERAN IMPORTANTES
Y SIGO ANDANDO
ESTOY CAVANDO UN AGUJERO POR DONDE ENTRA LA LLUVIA
Y PARA MI MENTE DE VAGABUNDEAR
A DONDE IRÁ? |
Este es un video para meditar sobre el sentido del vacío segun Mc Cartney:
El blues
es un invento de los negros durante su esclavitud en los campos de
trabajo del sur de Estados unidos, un canto de profundo dolor vinculado a
los sentidos, en este caso “Love like a man” entronca el sexo erótico y
su demanda dirigida desde una mujer hacia un hombre. Doce compases
divididos en tónica, dominante y subdominante, una división clásica en
el blues, el rock y el jazz y todo lo que vendria después. La
espiritualidad procede del dolor y del sexo en un contexto sacrificial
pues sagrado es el sexo entre un hombre y una mujer más allá de la
repetición, de la fornicación o del simple placer compulsivo.
Bonny Rait una pelirroja canta un himno de negros, un himno de esclavitud y dolor, tambien de demanda sexual.
Sagrada es una mujer, sagrada es la vida humana y sagrados son los
niños. Es por eso que el amor de un padre por su hija tambien apela a lo
sagrado pues es en esta relación donde lo sagrado y lo profano hallan
seguramente su expresión más espiritual. ¿Por qué tiene un hombre que
renunciar a disfrutar sexualmente de sus hijas si son sus hijas aquellas
a quien más quiere?
La respuesta es ésta: la mezcla de sexualidad profana con el amor
sagrado da como resultado una aberración que conocemos con el nombre de
profanación.
Concha Buyka hace una fusión de la copla con la musica negra. Espiritualidad y sensualidad a partes iguales:
Dime lo que tienes , dime la verdad
Cuentale a tu padre lo que te ha pasao
dime si algun hombre te han engañao.
Mientras que viva tu padre no estás en el mundo sola.
Esta es la gran verdad, lo inmutable que hay detrás del amor de un padre por su hija.
Lo sagrado al alcance de cualquiera.
TOMADO DE:
http://pacotraver.wordpress.com/2008/05/21/musica-y-meditacion/

Copyright © - Se otorga permiso para copiar y redistribuir este artículo con la condición de que el contenido se mantenga completo, se dé crédito al autor(es), y se distribuya gratuitamente.