"Permítele a la vida que te susurre al oido su secreto, a cada instante, en cada cambio, y siempre estarás a salvo"
Teresa Delgado
La naturaleza es un inmenso ser vivo del que formamos parte, acompasarnos con su ritmo nos asegura, no solo un estado de salud óptimo sino un seguro bienestar.
En verano la energía de la naturaleza llega a su máximo grado de expansión y sentimos la necesidad de confluir con la energía circundante, se activa el anhelo de distensión, relajación, descanso y cierta dispersión; si hacemos caso a nuestro organismo que tiende de manera natural, a crear equilibrio interno, observamos cómo nos reclama un tiempo de descanso, de más actividades al aire libre y de distensión, y ello crea la necesidad de comer menos cantidad de alimento, comida más vegetal (frutas y verduras), más ligera (ensaladas, batidos, zumos, crudos), más acuosa y el deseo de refrescar el organismo.
En otoño, tras un breve estado de quietud, aparece la necesidad de organizar, concentrar y crear cohesión interna. La interiorización (fuerza, firmeza, precisión) predomina sobre la exteriorización (agitación, dispersión, distensión). La naturaleza inicia su recogimiento y nosotros deberíamos hacer lo mismo preparándonos así para el invierno.
El otoño es época de descomposición y limpieza (los árboles eliminan las hojas que se descomponen en el suelo y los animales cambian el pelo y se preparan para la época fría). Es pues el momento de eliminar lo innecesario, guardar solo lo que es preciso para el invierno, es una época de evolución a través de la reducción y de la simpleza.
Es recomendable, siempre haciendo caso a nuestra sabiduría interior y a las señales de nuestro propio organismo hacer comidas simples (que no cree acumulaciones, alta en granos y baja en grasas animales y alimentos industrializados) sencillas (sin mucha mezcla; un cereal completo con alguna legumbre o proteína animal simple y abundante verdura) y limpia (lo menos manipulada y tratada posible para poder dar opción a nuestro organismo a limpiar y crear equilibrio).
El otoño es época de hacer balance de nuestra existencia y de aprender de las lecciones de la vida, es el momento de dar prioridad a lo esencial; la adecuada disciplina interna y ejercicio crea fuerza y estructura y, en consecuencia, más resistencia a la enfermedad.
El otoño es época de descomposición y limpieza (los árboles eliminan las hojas que se descomponen en el suelo y los animales cambian el pelo y se preparan para la época fría). Es pues el momento de eliminar lo innecesario, guardar solo lo que es preciso para el invierno, es una época de evolución a través de la reducción y de la simpleza.
Es recomendable, siempre haciendo caso a nuestra sabiduría interior y a las señales de nuestro propio organismo hacer comidas simples (que no cree acumulaciones, alta en granos y baja en grasas animales y alimentos industrializados) sencillas (sin mucha mezcla; un cereal completo con alguna legumbre o proteína animal simple y abundante verdura) y limpia (lo menos manipulada y tratada posible para poder dar opción a nuestro organismo a limpiar y crear equilibrio).
El otoño es época de hacer balance de nuestra existencia y de aprender de las lecciones de la vida, es el momento de dar prioridad a lo esencial; la adecuada disciplina interna y ejercicio crea fuerza y estructura y, en consecuencia, más resistencia a la enfermedad.
El otoño asiste al encuentro entre la luz y la oscuridad, también dentro de nosotros mismos. Si estamos en equilibrio será época de crecimiento, si por el contrario hemos estado muy dispersos y evasivos probablemente sintamos melancolía y desánimo una pequeña muerte interna. El otoño nos invita a hacer esa reflexión acerca de nosotros mismos para despertar renovados
Como una necesidad del organismo de eliminar los excesos y crear equilibrio interno es posible que en términos de salud física, si durante el verano hemos abusado de alimentos fríos (helados, refrescos, bebidas frías, etc.), el exceso de frío en nuestro organismo va a necesitar salir fuera y cuando la energía empiece a contraerse en otoño aparecerán más catarros, gripes, etc.,
El otoño está relacionado con el elemento Metal. El Metal de la impresión de frío y dureza, sin embargo se relaciona con los minerales de la tierra y está asociado a claridad mental y luz interna;
Como una necesidad del organismo de eliminar los excesos y crear equilibrio interno es posible que en términos de salud física, si durante el verano hemos abusado de alimentos fríos (helados, refrescos, bebidas frías, etc.), el exceso de frío en nuestro organismo va a necesitar salir fuera y cuando la energía empiece a contraerse en otoño aparecerán más catarros, gripes, etc.,
El otoño está relacionado con el elemento Metal. El Metal de la impresión de frío y dureza, sin embargo se relaciona con los minerales de la tierra y está asociado a claridad mental y luz interna;
RECOMENDACIONES básicas para tu salud en otoño (basados en la MTCH)
La secreción de mucosidad afecta principalmente a los órganos que están más activos en esta época: el pulmón y al intestino grueso. Los alimentos favorecedores de mucosidad son: los lácteos (leche, queso, yogur, mantequilla, nata y derivados), las harinas, los dulces, la bollería, los alimentos fríos y el exceso de líquidos. La flema tiende a crear acumulaciones (fibroadenomas, miomas, sebos grasa, etc.), obstruye la respiración, crea congestión y dificulta la lucidez mental, hace que los pensamientos sean más torpes y confusos.
Para armonizar con el otoño y apoyar el buen estado de los pulmones, el intestino grueso y la piel es esencial hacer una comida más seca (con menos líquidos), salada (básicamente cocinada), calentadora (evitando alimentos que enfríen) y limpia (baja en residuos) con una ligera incorporación de picantes suaves (jengibre, rabanito o mostaza).
Las verduras de raíz (zanahoria, rábano, nabo) vigorizan el intestino grueso, el kuzu (planta de raíz profunda) fortalece el intestino y el sistema linfático, mientras la raíz de lotus favorece la limpieza de los pulmones.
El cereal más adecuado es el arroz integral, la legumbre, la lenteja y el alga de mar hiziki.
Las cocciones serán más largas y concentradas con presencia de horno y presión y el sabor que ayuda a evitar las acumulaciones va a ser el ligeramente picante.
Se recomienda acostarse temprano y levantarse temprano con el canto del gallo, mantener una voluntad pacífica a fin de disminuir los efectos agotadores del otoño, para mantener en orden la energía de los espíritus a fin de sosegar la energía del otoño, abstenerse de conmoverse cara al exterior a fin de limpiar la energía de los pulmones.
Con una alimentación apropiada para el Otoño podemos lograr sentirnos bien dentro de nosotros mismos con claridad, practicidad, solidez, disciplina interna y limpieza que provea ideas inspiradoras y crecimiento interior.
Disfruta tu otoño
Teresa Delgado
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