Los derviches y su papel en el desarrollo personal
Estamos
comprometidos, mientras permanecemos con vida en esta dimensión y con
las formas que se no han proporcionado, no solamente a descubrir el por
qué estamos, sino aprovechar cada minuto de vida que se nos concede en
pro de nuestro crecimiento. Una de las condiciones básicas para indagar
en nuestro autoconocimiento es estar atento a los signos y señales y
saber detectar aquellas que nos ayudan mantener encendida nuestra vela
que nos alumbre por la senda que debemos recorrer en pro de nuestro
crecimiento.
En
el tránsito hay muchas manifestaciones, enseñanzas de quienes se han
preocupado de determinar cuál es su misión, línea de servicio,
adentrarse en ella y aportarnos sus enseñanzas y aprendizaje que de
alguna manera nos motiven a que aflore nuestra creatividad, energía, en
pro de ser cada día mejores, crecer espiritualmente y saber aprovechar
la vida que se nos dio. Justamente, los derviches son actores que
aportan grandes enseñanzas que merece la pena en esta oportunidad
considerarlos para quienes de alguna manera ya se encuentran
identificados en su labor de crecer, aprovechar el tiempo que se nos da
de permanecer en esta dimensión.
Nos
recuerda la enciclopedia Wikipedia sobre los derviches que el término
Derviche proviene de la palabra persa Darvīsh. Este término era habitual
para denominar a los mendicantes ascéticos. Esta palabra también es
usada para referirse a un temperamento imperturbable o ascético, es
decir para una actitud que es indiferente a los bienes materiales. Un
derviche (del persa: درویش,
darvish, "mendigo" ) es un miembro de un grupo religioso musulmán de
ascética Sufi. El término persa significa, literalmente, «el que busca
las puertas» y se refiere a una persona que vive una pobreza mendicante y
ascética, indiferente a las posesiones materiales, dedicada al
aprendizaje de la religión similar a la orden mendicante de los frailes
también conocidos como faquires. Un derviche, en el Islam, designa un
miembro de la tariqa, que significa «camino», «vía» o «el que busca las
puertas».
Se
comenta, que la primera tariqa de la que se tiene constancia es la
llamada Qadiriyya que fue creada en 1166 y que fue fundada por 'Abd
al-Qádir al-Yilani.
Muchos
derviches son ascetas mendicantes que han tomado el voto de pobreza, a
diferencia de los mullahs. La razón por la que piden dinero es para
aprender la humildad aunque tienen prohibido pedir para su propio bien
por lo cual tienen que dar este dinero a otra gente pobre. Hay también
varios grupos de derviches, como los sufíes que pertenecen a los ascetas
y místicos musulmanes que tienen su origen en algunos santos musulmanes
y maestros como Ali Ibn Abi Talib y Abu Bakr as-Siddiq. Varias órdenes
han aparecido y desaparecido durante los siglos y cada una tiene su
fundador, sus trajes característicos y su ritual, que puede ser la
repetición de frases sagradas, la búsqueda de un estado de éxtasis o
danzas giratorias que proverbialmente está asociado con la orden de
Mevleví en Turquía y que es utilizado para alcanzar el éxtasis religioso
(majdhb, fana), aunque actualmente se ha hecho una atracción turística
en el país.
El
nombre Mevleví proviene del poeta persa Rumi que era un derviche. Otros
grupos incluyen los Bektashi, conectados a los Jenízaros y a los
Senussi, quienes son más ortodoxos en sus creencias. Los derviches nos
han legados fábulas, cuentos muy interesantes que al adentrarnos en su
esencia nos proporcionan destellos que pueden ayudarnos a mantener
siempre encendida nuestra llama en pro de nuestro crecimiento personal y
espiritual. Se sabe, tal como se ha escrito al respecto, que Idries
Shah, diestro narrador que combina el lirismo de Tagore con la serena
sabiduría de Krishnamurti, es el más claro exponente del mundo del
sufismo (antiguo pensamiento tradicional islámico, para unos místico,
para otros un cuerpo de conocimientos morales). Shah, en su afán de
transmitir a Occidente más de mil años de sabiduría islámica y de
pensamiento oriental popular, intenta hacerle accesible aquellos
aspectos del sufismo que más le puedan beneficiar. La forma de hacerlo, a
través de situaciones simples e ingeniosas -analogías, parábolas,
sentencias, proverbios- que encierran agudos mensajes y un profundo
conocimiento del hombre y de la vida, es el modo más eficaz de llegar al
mayor número posible de lectores: a los sencillos y a aquellos que no
consideran menoscabo ponerse de vez en cuando a su altura. Está por
ejemplo el cuento de la serpiente y el pavo real.
La serpiente y el pavo real
Un
joven llamado Adi el Calculista, porque había estudiado matemáticas,
decidió partir de Bokhara y buscar mayor conocimiento. Su maestro le
aconsejó viajar hacia el sur y le dijo "Busca el significado del Pavo
Real y la Serpiente".
Esto dio mucho que pensar a Adi, que viajó a través de Khorasán y llegó
a Irak. Allí encontró un lugar donde un pavo real y una serpiente
discutían sobre sus méritos.
-
Yo soy más importante -dijo el Pavo Real-. Encarno la aspiración, el
vuelo hacia el paraíso, la belleza celestial, y por ende el conocimiento
de las cosas más elevadas. Recuerdo al hombre, por alegoría, los
aspectos de su ser que se hallan ocultos en él.
- Yo -dijo la Serpiente
siseando- simbolizo las mismas cosas. Como el hombre estoy atada a la
tierra y así lo induzco a acordarse de si mismo. Al igual que él, soy
flexible al ir serpenteando mi camino por el suelo. A menudo también
olvida eso. Según la tradición, soy yo quien monta guardia sobre los
tesoros ocultos de la tierra.
- Pero eres repugnante, astuta, sigilosa, peligrosa...
- Destacas mis características humanas -contesto la Serpiente-. Pero tú eres vanidoso, demasiado gordo y tienes un grito áspero. Tus pies son muy grandes y tus plumas harto desarrolladas...
Aquí Adi les interrumpió:
- Ninguno tiene la razón. El hombre se arrastra por la tierra como la Serpiente. Podría elevarse a las alturas como un pájaro. Pero del mismo modo que la Serpiente
es codiciosa, él retiene este egoísmo al tratar de elevarse y se vuelve
como el Pavo Real, demasiado orgulloso. En el Pavo Real podemos ver la
potencialidad del hombre, aunque no lograda debidamente. En la lustrosa
piel de la Serpiente podemos ver la posibilidad de la belleza, que en el Pavo Real asume un aspecto extravagante.
Y entonces una voz habló a Adi en su interior:
-Y
eso no es todo. Estas dos criaturas están dotadas de vida; ése es un
factor determinante. Discuten porque cada una se ha decidido por su
propia forma de vida, pensando que es la realización de un verdadero
estado. Una custodia un tesoro y no lo puede usar. La otra refleja la
belleza pero no puede transformarse en ella. Sin embargo, a pesar de no
haber aprovechado lo que les estaba destinado, lo simbolizan para
aquéllos que pueden ver y oír. Definitivamente los derviches son
místicos que establecieron reglas y jerarquías de fraternidad.
Practican
la meditación recordando el dhirk (recuerdo de Dios), que consiste en
una palabra o serie de palabras que se repiten acompañándolas de
movimientos de la cabeza o el cuerpo. Los derviches que pertenecen a la
confraternidad mawlawiyya, fundada por Jala al-din Rumi, practican la
danza de los giróvagos, la "Sema" purificadora para alcanzar la "baraka"
(energía espiritual). Este rito, de siete siglos de antigüedad,
consiste en una danza al compás de la flauta de caña (ney) y un pequeño
tambor (kudhum).Teresa Delgado © 2013 Copyright © - Se otorga permiso para copiar y redistribuir este artículo con la condición de que el contenido se mantenga completo, se dé crédito al autor(es), y se distribuya gratuitamente.